Cuando se trata de la declaración de la renta y la posibilidad de dar con desgravaciones de hipoteca, se despierta el interés de muchos.
No en vano, ahorrarse un dinero en la declaración de la renta es el sueño de cualquiera. Sin embargo, no todas las hipotecas implican estos ahorros. Como veremos, debes cumplir algunos requisitos para poder reducir lo que pagas a Hacienda.
Y es que, aunque solía ser un beneficio común, en la actualidad solo ciertos tipos de hipotecas pueden desgravarse, y hay criterios específicos que deben cumplirse para aprovechar esta ventaja fiscal. Te lo contamos en detalle.
Desgravaciones de hipoteca: ¿quién puede deducirse este gasto?
Primero, es importante destacar que solo se pueden desgravar las hipotecas si se adquirió la vivienda antes del 1 de enero de 2013.
Por desgracia, las hipotecas sobre propiedades compradas después de esta fecha ya no son elegibles para desgravaciones fiscales, aunque deban ser reflejadas en la declaración de la renta.
Entendemos que muchas personas tienen firmada una hipoteca a posteriori y desearían acceder a este ahorro. Sin embargo, dado que se basa en la ley, no es posible hacer excepciones ni reclamar. La norma dicta claramente que sólo dichas hipotecas pueden desgravarse y, además, sólo en cierto tipo de viviendas.
La vivienda habitual es la única que podrás desgravar
La vivienda habitual es aquella en la que el contribuyente reside durante al menos tres años de forma continuada. También se puede considerar vivienda habitual si el contribuyente reside en ella durante un período de doce meses desde la fecha de adquisición o finalización de las obras.
Así que si tu hipoteca está sobre una segunda residencia o propiedades alquiladas no podrás acceder a desgravaciones fiscales, incluso si a nivel de fecha cumples.
¿Cómo desgravarme la hipoteca?
Para que una hipoteca pueda desgravarse en la declaración de la renta, el importe del préstamo debe destinarse íntegramente a la compra del inmueble.
Es decir: si el banco te proporciona fondos adicionales para reformas o compras de muebles, solo la parte destinada a la adquisición de la vivienda podrá desgravarse, y será algo que habrás de poder demostrar en caso de que te lo exijan.
Podrás hacerlo de forma muy segura y eficaz con:
- Facturas de compra
- Certificaciones de tu arquitecto
- El contrato con tu constructora
Además, la hipoteca debe ser sobre un bien inmueble y no sobre bienes muebles. Los bienes inmuebles incluyen propiedades como casas, edificios o terrenos, mientras que los bienes muebles son aquellos que tienen movilidad, como vehículos o casas móviles.
De este modo, y como puedes imaginar, solo los préstamos hipotecarios sobre bienes inmuebles permiten desgravaciones de hipoteca. Esto es algo que hoy día miran bastante, por lo que te recomendamos que no hagas ningún tipo de interpretación de la norma, y la sigas a rajatabla. Es la mejor manera de evitar tener problemas con las desgravaciones de hipoteca.
Límites y beneficios de las desgravaciones de hipoteca: ¿cuánto puedes ahorrarte?
Quienes cumplan con los requisitos mencionados anteriormente pueden deducir hasta un máximo del 7.5% de las cantidades satisfechas en el ejercicio, con un límite anual de 9,040 euros.
Esta deducción puede representar un ahorro significativo en impuestos para los propietarios de viviendas, claro. Así que, si es tu caso, no dudes es desgravarlo. Es una diferencia económica muy importante.
Conclusión:
Como has visto, las desgravaciones de hipoteca pueden ser una ventaja fiscal importante para ti si posees una propiedad adquirida antes del 1 de enero de 2013 y la utilizas como tu residencia habitual.
Sin embargo, recuerda que sólo podrás desgravarte la misma si cumples esos requisitos: fecha y vivienda habitual, además de ser un bien inmueble. Además, podrías tener que demostrar, si se te requiere, que dicha hipoteca se destinó solo a ese fin, y que no utilizaste los fondos para otras compras.
Recuerda que la mejor forma de estar tranquilo es ponerte siempre en un equipo de abogados expertos en deudas. Así, podrás evitar problemas con el fisco, haciendo todo de forma correcta y sin sobresaltos. Ahorrar en la hipoteca es genial pero, si lo haces de forma improcedente, podrías llevarte un buen disgusto. ¡No te la juegues!
