Hablar de reserva de dominio implica una figura jurídica compleja, pero muy importante en contratos de crédito al consumo o financiación.
Y es que es una cláusula que incluyen cada vez más contratos, sobre todo si tienen que ver con crédito al consumo o financiación, incluidos los contratos de compraventa de coches financiados. Vamos a comentar todo lo que implica, para que sepas no solo qué es la reserva de dominio: también cómo puede beneficiarte. Y, por si acaso, incluimos algunas notas de cuándo puede perjudicarte, además del marco de la Ley de Segunda Oportunidad.
Índice
- 1 ¿Qué es la reserva de dominio?
- 2 ¿Cuándo me beneficia la reserva de dominio?
- 3 ¿Cuándo me perjudica la reserva de dominio?
- 4 ¿Cómo afecta la reserva de dominio a la Ley de Segunda Oportunidad?
- 5 ¿Cómo cancelar la reserva de dominio?
- 6 ¿Te quedan dudas sobre la reserva de dominio y la Ley de Segunda Oportunidad?
- 7 Autor del artículo
¿Qué es la reserva de dominio?
La reserva de dominio realmente se refiere a una cláusula. Sirve para establecer que la propiedad real de un bien (por ejemplo, un coche en un contrato de compraventa financiado) no se transferirá al comprador… hasta que se haya pagado la totalidad del precio que se ha establecido para este.
Suena bastante complicado. Pero es que lo es. Así que en pocas palabras implica esto: hasta que se pague el bien, el vendedor mantiene la titularidad.
Ejemplo: Reserva de dominio de un coche
Un buen ejemplo es la compra de un coche con financiación a través del concesionario. En este caso, el concesionario trabajará con una entidad financiera especifica (Santander o BBVA, por ejemplo) y será esa financiera la que mantenga la propiedad del vehículo hasta el pago total del mismo.
Sin embargo, si pides un crédito personal por tu cuenta para pagar ese vehículo y con ese préstamo pagas el coche, en ese caso no habrá reserva de dominio.
¿Cuándo me beneficia la reserva de dominio?
Desde nuestro punto de vista, va a depender mucho, mucho de cada caso.
En líneas generales, la reserva de dominio es positiva tanto para el vendedor como para el comprador. Son garantías adicionales. Dicho esto, diríamos que aporta:
- Protección para el vendedor: representa una forma de asegurarse de que el comprador cumplirá con el pago. Y de que lo hará antes de que se transfiera la propiedad del bien. Si no pagas, no hay bien. Así de simple.
- Garantía de pago: si se ha financiado la compra de ese bien, la reserva de dominio da un plazo para cumplir con los respectivos pagos. Esto, claro, te permite recibir el bien antes de haber abonado el total del precio. Si no pagas, perderás el bien. Pero podrás tenerlo antes.
- Posibilidad de recuperar el bien: si en algún momento no puedes seguir pagando, el vendedor tiene derecho a recuperar lo suyo. En ese sentido, si el contrato lo permite, siempre podrás llegar a un acuerdo con el vendedor. Es posible modificar así los términos de pago e incluso evitar que se ejecute la cláusula de la reserva de dominio.
Como ves, tiene importantes ventajas, sí. Pero eso no implica que no haya situaciones en las que nos perjudica. Te las contamos.
¿Cuándo me perjudica la reserva de dominio?
Hay algunas desventajas en la reserva de dominio, aunque te adelantamos que siempre será cuando las partes se salgan de lo acordado (por ejemplo, por impagos de las cuotas de tu financiación de coche o incumplimientos de algún tipo). En general, aplica:
- Pérdida del bien: si no cumples con lo que te toca pagar, el vendedor tiene derecho a reclamar la propiedad del bien. Esto, claro, da lugar a la pérdida del mismo. Si ya has pagado una parte, tenemos un problema.
- Costes adicionales: si no pagas, la deuda pendiente puede generar intereses adicionales, elevando la cantidad total que deberás pagar al final.
Si estás muy agobiado por una situación de este tipo, lo mejor es que nos consultes.
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¿Cómo afecta la reserva de dominio a la Ley de Segunda Oportunidad?
La Ley de Segunda Oportunidad permite que personas físicas pidan la exoneración de sus deudas. Eso, claro, siempre que cumplan algunos requisitos.
Así, esta ley te da otra oportunidad, literalmente, si no puedes hacer frente a tus obligaciones. Sin embargo, la reserva de dominio tiene sus implicaciones incluso cuando se aplica esta ley:
- Bienes no exonerables: si tienes un bien adquirido bajo una cláusula de reserva de dominio y no lo has pagado del todo, cuidado. Porque no será considerado como un bien de tu propiedad en el proceso de exoneración de deudas. Vamos, que aunque se inicie un proceso de Ley de Segunda Oportunidad, el vendedor (o la entidad financiera) podrá reclamar el bien si no has cumplido con los pagos acordados.
- Recuperación de bienes: los bienes adquiridos con reserva de dominio pueden ser recuperados por el vendedor, pero también si hay una entidad que financió esa compra. Esto puede afectar a tu plan de reestructuración financiera. Tenlo en cuenta.
- Posibilidad de negociación: a veces, aunque el bien no pueda ser considerado dentro de la exoneración, la Ley de Segunda Oportunidad puede permitirte alcanzar un acuerdo para evitar la recuperación del bien. Esto dependerá de las circunstancias de dicha negociación.
En caso de duda, siempre te aconsejaremos consultar a un abogado experto en estos temas. Como ves, la reserva de dominio no es algo sencillo, aunque te expliquemos las bases en este post. Si quieres que te asesoremos, consúltanos gratis.
¿Cómo cancelar la reserva de dominio?
Si tu contrato con reserva de dominio empieza a ser ese invitado pesado que no se quiere ir de tu vida, tranquilo: cancelar esta cláusula de reserva de dominio es más fácil de lo que parece (y no te hará falta la Ley de Segunda Oportunidad, salvo que quieras tirar por la vía de la exoneración de deudas).
Básicamente, si has terminado de pagar tus deudas y quieres ser el dueño absoluto del bien: aquí tienes los pasos:
- Verifica tu contrato original: Comprueba si efectivamente se incluyó la famosa reserva de dominio y revisa con qué entidad financiera o vendedor la firmaste.
- Pide el levantamiento de la reserva: Una vez que hayas pagado todo lo que debías (y que no quede ni rastro de deudas), solicita el documento que acredite la cancelación de la reserva de dominio. Normalmente te lo facilitará la entidad que te financió la compra.
- Formaliza la cancelación: Dependiendo del tipo de bien, tendrás que ir al Registro de Bienes Muebles, a la Jefatura de Tráfico o al organismo correspondiente. Allí te indicarán cómo anotar que el bien está libre de cargas y así dejar atrás esta “amiga incómoda” llamada cláusula de reserva de dominio.
Con estos sencillos pasos, ya no tendrás que preocuparte de perder el bien si en algún momento te retrasas en los pagos. Y, aunque no lo creas, tu cabeza sobrevivirá a esta aventura burocrática.
¿Te quedan dudas sobre la reserva de dominio y la Ley de Segunda Oportunidad?
Llegados a este punto, es normal que la reserva de dominio te deje con más dudas que certezas, sobre todo si tienes varias deudas y no sabes por dónde empezar a gestionarlo todo. La Ley de Segunda Oportunidad puede sonar a tabla de salvación, pero entender bien la cláusula de reserva de dominio o cómo cancelar la reserva de dominio en tu contrato requiere un asesoramiento profesional y personalizado.
Si quieres que alguien revise tu caso, te explique tus opciones de exoneración de deudas o simplemente te ayude a conservar tus bienes, consúltanos gratis. Nuestro equipo de abogados de Reclama Por Mí está para echarte una mano con soluciones reales y ajustadas a tu situación.
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Autor del artículo
Titulación y experiencia
- Responsable de departamento Ley de Segunda Oportunidad
- 3 años de experiencia en la Ley de Segunda Oportunidad
- Técnico superior en finanzas y administración