Cuando una empresa se enfrenta a una situación de insolvencia y, eventualmente, a la bancarrota, los acreedores y sus derechos juegan un papel crucial en el proceso de liquidación y distribución de los activos.
Dentro de este contexto, los créditos ordinarios, que representan deudas que la empresa tiene con terceros, son un aspecto fundamental a considerar.
Estos créditos no tienen ningún tipo de ventajas sobre el resto de acreedores, así que en caso de que el deudor acabe concurso de acreedores, tendremos que “hacer cola” para cobrar junto al resto de créditos ordinarios.
Ahora bien, ¿cómo se definen los créditos ordinarios?, ¿cómo funcionan? En las siguientes líneas vamos a responder a ambas preguntas y conocer a fondo cómo funciona este tipo de crédito.
¡Empecemos!
Índice
Como Funciona el crédito Ordinario en una Bancarrota
En el contexto de una bancarrota, un crédito ordinario se refiere a las deudas que la empresa en quiebra ha contraído con sus acreedores antes de la declaración de insolvencia.
Estos créditos pueden incluir deudas por suministros, servicios prestados, préstamos no garantizados, y otras obligaciones contractuales.
A diferencia de los créditos privilegiados, que tienen prioridad en el cobro, los créditos ordinarios se encuentran en un nivel inferior en la jerarquía de pagos durante un proceso concursal.
Por ejemplo, si debes 500€ por unos folletos que han impreso para tu empresa y todavía no has realizado el pago, esa deuda se convierte automáticamente en un derecho de crédito cuando se anuncia el concurso de acreedores. Estas son las principales características de este tipo de créditos:
- No garantizados: Los créditos ordinarios suelen ser aquellos que no están respaldados por garantías reales, como hipotecas o prendas.
- Orden de prelación: En un proceso de liquidación, los créditos ordinarios son pagados después de los créditos privilegiados (como salarios pendientes o deudas fiscales).
- Posibilidad de quita: Es común que los créditos ordinarios sufran quitas (reducción del monto a cobrar) o esperas (aplazamiento del pago) en los planes de reestructuración.
El Crédito Ordinario en el Proceso Concursal
Cuando una empresa entra en un proceso concursal, todos los créditos que la empresa tenga con terceros son clasificados en diferentes categorías según su naturaleza y garantías.
Los créditos ordinarios ocupan una posición intermedia en la jerarquía de pagos, lo que significa que recibirán pagos solo después de que se hayan satisfecho los créditos privilegiados, pero antes de los créditos subordinados.
Clasificación de los créditos:
- Créditos privilegiados: Incluyen deudas garantizadas, como hipotecas o derechos laborales. Estos se pagan primero.
- Créditos ordinarios: Son las deudas no garantizadas, como las deudas comerciales o préstamos sin garantías adicionales.
- Créditos subordinados: Son los últimos en cobrar, e incluyen intereses de demora, multas, y créditos de personas relacionadas con la empresa.
Por lo tanto, las posibilidades de recibir un cobro por nuestro crédito ordinario son relativamente bajas, y están siempre pendientes del capital que queda en la empresa y el número de créditos privilegiados que haya contratado ésta.
En todos los casos, una empresa seguirá los siguientes pasos una vez que haya iniciado el procedimiento concursal:
- Inventario de activos: Se realiza un inventario de todos los activos de la empresa.
- Clasificación de créditos: Se clasifican todas las deudas según la ley concursal.
- Plan de liquidación: Se elabora un plan de liquidación para distribuir los activos disponibles entre los acreedores.
- Pago a los acreedores: Se pagan primero los créditos privilegiados, luego los ordinarios, y finalmente, si queda algo, los subordinados.
Implicaciones para los Acreedores con Créditos Ordinarios
Para los acreedores con créditos ordinarios, la bancarrota de una empresa puede tener serias consecuencias financieras. Es importante entender las implicaciones de ser un acreedor ordinario en un proceso concursal para manejar expectativas y tomar decisiones informadas.
Ventajas y Desventajas:
Ventajas:
- Posibilidad de cobro parcial: Aunque no es seguro, existe la posibilidad de recibir una parte del dinero adeudado si los activos de la empresa lo permiten.
- Participación en el proceso concursal: Los acreedores ordinarios pueden participar en las juntas de acreedores y votar en las propuestas de convenio.
Desventajas:
- Baja prioridad en el cobro: La posición de los créditos ordinarios en la jerarquía de pagos significa que muchas veces no se recupera el 100% de la deuda.
- Posibilidad de quitas y esperas: Es común que los créditos ordinarios sufran reducciones significativas en el monto a cobrar, o que su pago se aplace en el tiempo.
- Riesgo de no recibir nada: Si los activos de la empresa son insuficientes para cubrir todas las deudas, es posible que los acreedores ordinarios no reciban ningún pago.
Como hemos comprobado, el concurso de acreedores es un procedimiento que no es favorable ni para los acreedores ni para el deudor. Por esta razón, antes de presentar el concurso el deudor suele intentar negociar su deuda para encontrar una salida alternativa a la bancarrota.
Si no se puede llegar a ningún acuerdo con los acreedores, se procederá con el concurso y el plan de liquidación para distribuir los activos que quedan remanentes.