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Los 5 peores tipos de préstamos personales

Los préstamos son algo tan antiguo como las pirámides. Desde que se crearon las primeras formas de economía, las civilizaciones empezaron a realizar préstamos de animales, hogares, dinero y cualquier otro objeto mueble.

Ya que se crearon hace miles de años, la humanidad ha tenido tiempo para desarrollar las funciones de los préstamos y crear miles de variedades. Las más usadas han conseguido aguantar el paso del tiempo hasta llegar al presente, donde las entidades bancarias nos las ofrecen cada día.

Por supuesto, algunos tipos de préstamo son mejores que otros. Ofrecen mejores condiciones, son más accesibles o cualquier otra razón. Pero, aunque la mayoría de préstamos ofrecen condiciones decentes, hay 5 tipos que deberíamos evitar.

En este artículo vamos a hablar de esos 5 tipos de préstamos personales, los cuales se han posicionado como las peores opciones para el usuario medio. Si quieres conocerlos, en un segundo los vamos a descubrir.

¡Empecemos!

1. Préstamos con tasa de interés variable

Los préstamos con tasas de interés variable son como montañas rusas financieras. En un principio, la atractiva tasa de interés puede seducir a quienes buscan préstamos personales fácilmente accesibles, pero pueden convertirse rápidamente en una pesadilla.

La principal característica de estos préstamos es su vinculación a índices financieros que fluctúan en respuesta a las condiciones del mercado. Esto significa que las tasas de interés pueden aumentar o disminuir durante el período del préstamo. 

En un entorno económico volátil, como el que hemos experimentado en los últimos años, esta variabilidad puede resultar en aumentos significativos en los pagos mensuales.

Por lo tanto, un mes puedes disfrutar de pagos mensuales bajos, pero al siguiente, esos pagos podrían aumentar sustancialmente. Este escenario puede generar estrés financiero y afectar la capacidad del prestatario para cumplir con otras obligaciones financieras.

Además, algunos préstamos con tasas de interés variable tienen “techos” o límites en cuánto pueden aumentar las tasas, pero estos límites no siempre protegen completamente al prestatario. En situaciones económicas adversas, incluso un aumento limitado puede representar una carga financiera significativa.

2. Préstamos con condiciones usurarias

Los préstamos con cláusulas ilegales suelen ofrecer en un primer momento tasas de interés irresistiblemente bajas, las cuales pueden esconder tarifas ocultas y penalizaciones exorbitantes. 

La principal herramienta de las instituciones financieras que ofrecen préstamos con condiciones usurarias es confiar en la falta de conocimiento financiero de los prestatarios.

Algunas cláusulas particularmente peligrosas incluyen tasas de interés que aumentan exponencialmente después de un período inicial de gracia, tarifas por pagos adelantados o la imposición de seguros y servicios adicionales innecesarios. 

Por lo tanto, es necesario leer cuidadosamente los términos y condiciones de cualquier préstamo y buscar opiniones de otros clientes, consultando con asesores financieros para proporcionar una visión más completa del préstamo.

dinero de un microcrédito

3. Préstamos con garantía hipotecaria

Los préstamos con garantía hipotecaria pueden parecer una buena solución para aquellos que tienen una propiedad a su nombre, ya que ofrecen tasas de interés más bajas al respaldarse con el valor de la vivienda del prestatario. 

Pero uno de los mayores riesgos asociados con estos préstamos es la posibilidad de perder la propiedad en caso de incumplimiento. Dado que la vivienda se utiliza como garantía, el prestamista tiene el derecho de tomar posesión de la propiedad si el prestatario no puede cumplir con los pagos. 

Además, aunque las tasas de interés pueden ser iniciales bajas, el coste total del préstamo puede aumentar significativamente a lo largo del tiempo. La duración extendida de estos préstamos, que a menudo se extienden por décadas, implica que se pague más interés a largo plazo, a pesar de las tasas iniciales favorables.

La fluctuación en el mercado inmobiliario también puede desempeñar un papel crucial. Si el valor de la vivienda disminuye, el prestatario podría terminar debiendo más de lo que vale la propiedad, creando una situación conocida como “préstamo bajo el agua” (underwater mortgage).

4. Préstamo “Balloon”

Un préstamo balloon es un tipo de préstamo en el que el prestatario paga cuotas mensuales más bajas durante la mayor parte del plazo del préstamo y una cuota más alta al final, conocida como pago final o balloon payment. 

El propósito principal de este préstamo es proporcionar al prestatario cuotas mensuales reducidas durante la mayor parte del plazo, al tiempo que le brinda la opción de refinanciar o vender el bien antes de llegar al pago final.

Sin embargo, la principal desventaja radica en el pago final, que puede ser sustancialmente elevado y difícil de afrontar. La falta de fondos para este último pago podría resultar en la pérdida de la propiedad o del bien adquirido con el préstamo.

Por ejemplo, si decides financiar un automóvil de 40.000€ a 60 meses con una tasa de interés del 5%, pagarías cuotas mensuales reducidas durante 59 meses, seguidas por un pago final de 20.000€ en el mes 60.

5. Préstamos de prestamistas no regulados

Cuando se encuentran en condiciones de extrema necesidad, algunas personas buscan dinero prestado por parte de prestamistas que operan al margen de las regulaciones gubernamentales.

Esto es una práctica altamente desaconsejable (pero no ilegal), ya que existe una grandísima falta de supervisión y transparencia en sus prácticas. Al no estar obligados a seguir ciertos estándares éticos y legales, estos prestamistas pueden imponer tasas de interés exorbitantes sin restricciones. 

Además, la falta de regulación también significa que los prestatarios tienen pocos o ningún recurso en caso de disputas o problemas con el préstamo. Las prácticas de cobro agresivas y poco éticas son comunes en este sector, lo que puede generar una espiral de deuda y estrés financiero para los prestatarios.

La clave para evitar los riesgos asociados con los prestamistas no regulados es la precaución y la investigación exhaustiva. 

Aun así, la mejor opción siempre consistirá en optar por instituciones financieras reguladas, reduciendo el riesgo de caer en las trampas financieras que a menudo acompañan a los prestamistas no regulados.

Si por algún potico, ya has contratado uno o varios de estos préstamos y las deudas contraídas te ahogan, tal vez te puedas acoger a la Ley de la Segunda Oportunidad.

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