Inevitablemente, en algún momento de nuestra vida, nos vemos en la necesidad de solicitar dinero ya sea para comprar una casa, un coche, hacer una reforma, comprar maquinaria para nuestro negocio o darnos un capricho. Sea como fuere, lo más importante es conocer toda la información para elegir el producto financiero más adecuado a nuestras necesidades, así que, te invitamos a que sigas leyendo para conocer todo sobre los préstamos en nuestro país.
Qué es un préstamo
Lo primero de todo es tener claro qué es un préstamo. Según define el Código Civil en el título X del libro IV, el préstamo es un acuerdo entre dos partes en el que una entrega algo al otro con la condición de que sea devuelto en un futuro determinado y, explicado de manera más aterrizada, es la operación de crédito más común que existe en el sector financiero que nos permite lograr una serie de servicios o bienes que no podríamos obtener de otra manera.
En esta operación actúan dos actores, el prestamista y el prestatario. El primero es el responsable de entregar una cantidad de dinero al segundo que se compromete a devolverlo en un tiempo determinado y establecido, ya sea un solo plazo o varios. Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de pedir un préstamo es que, a la cantidad solicitada, se le añaden los intereses pactados entre ambas partes, además de los gastos y comisiones aplicables, en el caso de que los hubiera.
Todas estas condiciones deben estar recogidas en un contrato de préstamo y entender que las cuotas que hay que desembolsar para satisfacer el préstamo constan de dos partes, la destinada a amortizar el capital prestado, también conocido como principal, y la parte correspondiente a los intereses.
Qué es el interés de un préstamo
Si queremos disfrutar de una buena salud financiera, debemos tener muy claro qué significa el término interés porque va a suponer una de las razones más importantes, sino la más, para optar por solicitar un tipo de préstamo u otro. El interés hace referencia al costo de la deuda, es decir, a esa cantidad de más que la entidad nos cobra por realizarnos el préstamo de una cifra de dinero.
Existen dos tipos de interés: fijos o variables. El primero es aquel que se mantiene igual durante todo el tiempo que dure el préstamo sin que le afecte ningún otro factor del mercado. El variable, como su propio nombre indica, puede sufrir variaciones en ese periodo de tiempo ya que se calcula en base a otra tasa como puede ser el Euribor o la tasa fijada por el Banco Central, por ejemplo. Si optamos por un préstamo sometido a este tipo de interés, nos resultará más complicado calcular las cuotas mensuales o el montante final, debido a los posibles cambios que puede sufrir a lo largo de la vida del producto financiero.
Según afirma el Banco de España, las entidades son libres de fijar la cuantía de los tipos de interés, pero están obligados a aplicar el establecido en el contrato de préstamo.
Tipos de préstamo
Una vez que ya dominamos la jerga relativa al préstamo, ha llegado el momento de conocer los tipos de préstamos existentes en el mercado. Básicamente los podemos dividir en dos grandes grupos: los préstamos personales y los préstamos hipotecarios.
Préstamos personales
Estos productos financieros van a asociados, por lo general, a una necesidad de dinero generada por un imprevisto, una urgencia o una emergencia y eso conlleva unos intereses más elevados, además de posibles comisiones adicionales.
Dentro de esta categoría existen varios tipos de préstamos personales: los microcréditos, de bajo importe y altos intereses, los préstamos rápidos, que tienen características parecidas, aunque, algunas entidades ofrecen una TAE del 0% en la solicitud del primero o el préstamo para estudios que suele tener unos intereses más bajos que el resto de préstamos personales y un mayor plazo de devolución.
Préstamos hipotecarios
Los préstamos hipotecarios son la cantidad de dinero que concede una entidad bancaria para la adquisición de una vivienda. Lo más destacado de este tipo de préstamo es que la garantía de pago del mismo es el propio inmueble.
Al ser un producto que tiene una duración, por lo general, mínimo de 20 años, cuenta con un tipo de interés inferior respecto a otros que ofrecer el sector financiero. Otra diferencia es que, puede solicitarse que este préstamo tenga aplicado un tipo de interés fijo o variable, e incluso un tipo de interés mixto, mezcla de ambos.
Como habrás podido ver, el mundo del préstamo es complejo y existen muchas variables a tener en cuenta a la hora de valorar entidades, tipos de interés y tipos de productos… todo ello para evitar que nuestra salud financiera se resienta.
Si quieres saber más sobre los préstamos rápidos, ve a nuestra sección sobre microcéditos.