“Me la ofrecieron en plena crisis económica de 2008; yo estaba pasando una mala situación financiera y pensé que era opción”, explica la afectada.
Una esperanza que pronto se truncaba al ver cómo, pese a abonar mensualmente las cuotas fijadas, apenas lograba amortizar el capital inicial, según relata.
“Intenté llegar a un acuerdo con ellos pero se negaron. Yo veía como, a pesar de estar abonando cuotas de cerca de 300 euros mensuales, apenas amortizaba el préstamo y me sentía totalmente atrapada”.
Unos intereses abusivos a los que se sumó el acoso telefónico: “Me llamaban a todas horas, incluso a mi lugar de trabajo. Llegaron a contarle a mis compañeros mi situación, diciéndoles que era un deudora. Lo recuerdo aún con escalofríos. Fue una auténtica pesadilla”, afirma la afectada.
Una situación que le llevó a acudir a reclamapormi.com y así presentar una reclamación.
Ahora finalmente la pesadilla ha llegado a su fin y la Justicia ha dado la razón a esta afectada que no duda en aconsejar a cualquiera persona “que jamás recurran a una tarjeta revolving. Es una auténtica trampa de la que prácticamente es imposible salir por uno solo”. Concretamente, le han devuelto un total de 18.952 euros, de los que 15.819 euros se eliminan en concepto de deuda.
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