Gracias a Hollywood, las tarjetas de crédito se hicieron especialmente famosas a inicios de los años 2000. En casi todas las películas se podía oír “credit card” (tarjeta de crédito) cuando un personaje iba a pagar por un producto.
Sin embargo, la hermana de la tarjeta de crédito no era mencionada en ninguna parte porque no habían todavía ganado popularidad en América (eran un producto mucho más usado en Europa).
Estamos hablando de la tarjeta de débito, una opción que ganó popularidad mucho más tarde que la tarjeta de crédito, que fue el estándar financiero durante muchos años.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre estas dos tarjetas?, ¿es lo mismo contratar una que la otra? En este artículo vamos a exponer claramente sus diferencias para que puedas elegir qué servicio contratar con tu banco.
¡Empecemos!
Índice
Origen del dinero en tarjetas de crédito y de débito
Quizás la mayor diferencia entre ambas tarjetas es la procedencia del dinero. En una tarjeta de débito, el dinero que tienes en la cuenta es el que tienes disponible, no hay más.
Si tú ingresas 500€ en tu cuenta bancaria, sólo tienes esos 500€ para compras y gastos. Si intentas gastar un sólo euro más, la tarjeta denegará la operación. A todos los efectos, es como tener una hucha virtual.
Por otro lado, con la tarjeta de crédito no gastas tu propio dinero, gastas el dinero que el banco te ha prestado. Por ejemplo, puedes contratar una tarjeta de crédito con un límite de 1.500€.
Eso significa que el banco te presta 1.500€ para que te lo gastes en lo que tú quieras. Ahora bien, cuando acabe el mes, el banco te pedirá que le devuelvas ese dinero que has gastado o que lo devuelvas poco a poco, en plazos. Por supuesto, esto conlleva intereses por parte del banco.
Por lo tanto, la primera diferencia es que en las tarjetas de débito gastas tu propio dinero, y en las de crédito gastas el dinero que el banco te presta.
Intereses y condiciones en tarjetas de crédito y débito
La segunda mayor diferencia son los intereses y las condiciones que van con cada tarjeta. La tarjeta de débito no tiene intereses, porque estás gastando tu propio dinero, nadie te lo está prestando.
Por lo tanto, normalmente los requisitos para abrir una cuenta de débito son inexistentes, puede abrirla cualquier persona. En algunos bancos tendrás que pagar una cuota anual pero suele ser muy reducida.
Por el contrario, la tarjeta de crédito tiene intereses muy variables. Cada tarjeta de crédito es un mundo por sí misma, ya que pueden variar las condiciones, el método de pago, los plazos, etc.
Por ejemplo, si compro una televisión de 1.000€ con una tarjeta de crédito, en algunos tipos de tarjeta no me cobrarán intereses si le devuelvo al banco esos 1.000€ antes de que acabe el mes.
En otras ocasiones, esos 1.000€ se fraccionan en cuotas para que lo vaya pagando poco a poco (por ejemplo, 100€ al mes). También existe la posibilidad de que esos 1.000€ se queden endeudados generando intereses hasta que yo decida pagarlos.
Cada situación conlleva diferentes intereses, que se van sumando a la deuda y van haciendo que crezca poco a poco. Ya que esta tarjeta conlleva un préstamo, no todo el mundo puede acceder a ella. Tendrás que cumplir unos requisitos para que el banco se asegure de que puedes pagar tus deudas.
Usos de la tarjeta de crédito y la tarjeta de débito
Por último, personas con diferentes necesidades contratan cada tipo de tarjeta. En el caso de las tarjetas de débito, las suelen contratar personas que quieren ser responsables con sus gastos y no quieren gastar más de lo que tienen, además de disponer de liquidez suficiente para llegar a fin de mes.
En las tarjetas de crédito nos encontramos con diferentes tipos de personas:
- Personas que quieren hacer compras grandes y tienen ingresos estacionales o que suelen conllevar retraso (trabajadores del campo, por ejemplo, que sólo cobran en la recolecta en vez de todo el año).
- Personas financieramente irresponsables que quieren vivir por encima de sus posibilidades, así que gastan más dinero del que tienen y aprovechan los beneficios VIP que suelen conllevar estas tarjetas.
- Empresarios individuales que han fundado un emprendimiento y necesitan liquidez inmediata de la que no disponen actualmente por otros métodos.
Estos son sólo algunos casos en los que podrías necesitar una tarjeta de crédito, pero hay muchos más.
Como has podido comprobar, las tarjetas de débito son opciones seguras por las que cualquier persona puede apostar. Y las tarjetas de crédito son opciones mucho más complejas que requieren ciertos conocimientos para ser usadas sin caer en un bucle de deuda y problemas.