Sí es posible negociar las condiciones de una tarjeta revolving. Porque como todo producto privado, la entidad puede ajustar la oferta.
Lo que no te cuentan es los riesgos que implica.
Porque cuando contratas una tarjeta revolving, todo va a ser súper cómodo. Compras hoy, pagas a plazos… ¡genial! No hay que pensar demasiado.
Sin embargo, cuando llega el momento en que ves los extractos, ves el interés. Y te das cuenta: te están cobrando muchísimo dinero. Ahí es donde la gente quiere sentarse a negociar, y te adelantamos que sin un abogado experto en tarjetas revolving, la cosa está difícil.
Índice
Las entidades no están para regalar nada
Empecemos por lo básico. Las tarjetas revolving están diseñadas con un fin muy concreto: que el cliente pague durante años, con intereses que, en algunos casos, llegan a ser usura. Esto no es casual. Se trata de un modelo de negocio que genera beneficios a base del sobreendeudamiento de personas como tú.
Así que, aunque negociar es posible, no es algo que debas hacer en respuesta a un movimiento de la entidad. Tendrá que ser por iniciativa propia, y tocará pelearlo. Con argumentos, documentación, y muchas veces, llegando a los tribunales.
¿Qué se puede negociar exactamente?
Dependerá del caso, pero en general hablamos de:
- Reducir el tipo de interés
- Ampliar el plazo sin penalización
- Reestructurar la deuda acumulada
- Cancelar parte de los intereses abusivos
- Pactar una devolución única para cerrar la cuenta
Ahora bien, estas opciones solo están sobre la mesa si sabes plantearlas bien. Si simplemente llamas al banco a pedir “que te bajen el interés”, es probable que salgas con otra línea de crédito encima. O con un aplazamiento aún más caro. Porque ha habido casos en los que se engaña al consumidor, por desgracia.
Por eso es importante saber lo que tienes entre manos. Porque muchas tarjetas revolving incluyen condiciones que rozan la usura. Y ahí es donde toca hacer valer tus derechos.
¿Cuándo se puede considerar que hay abuso?
La ley es clara a estas alturas. El Tribunal Supremo ya ha dictado que un interés que supere en más de seis puntos el tipo medio del mercado se puede considerar usura. Y si se demuestra eso, el contrato puede anularse. No renegociarse, sino eliminarse de raíz, devolviéndote lo cobrado de más.
Pero claro, eso no pasa automáticamente. Hay que demostrarlo. Hay que reclamarlo. Y si no lo haces bien, puedes acabar firmando una “renegociación” que lo empeore todo.
¿Es buena idea negociar sin asesoramiento?
Tú decides. Pero te adelantamos algo: las entidades saben cómo presentar una renegociación que parece beneficiosa… pero que solo maquilla el problema. A lo mejor te bajan la cuota mensual. Pero eso no significa que pagues menos, sino que estarás más tiempo pagando más.
Por eso, si te estás planteando negociar las condiciones de una tarjeta revolving, no lo hagas a ciegas. Primero hay que revisar el contrato. Ver si el interés es abusivo. Evaluar cuánto se ha cobrado de más. Y solo entonces plantear la estrategia.
Y esto no es teoría. Nuestro equipo legal ha ayudado a cientos de personas que estaban atrapadas en tarjetas revolving a recuperar su dinero. Y salir del bucle.
¿Se puede reclamar incluso si ya se negoció?
Sí. De hecho, muchas personas acuden a nosotros después de haber renegociado su tarjeta… y darse cuenta de que fue peor el remedio que la enfermedad.
Si el contrato sigue teniendo condiciones abusivas, aún se puede reclamar. Lo importante es analizar bien la situación y actuar con fundamento.
Estar atrapado en una tarjeta revolving no es culpa tuya. Pero seguir en ella cuando ya sabes que hay salida, sí lo es. Dado que la renegociación es solo una parte de la solución, lo fundamental es saber si esa deuda es legal.
Autor del artículo
- Director de operaciones de Reclama por Mí
- Grado en administración de empresas
- 7 años de experiencia en reclamaciones financieras