Un divorcio ya es bastante complicado de por sí, pero cuando hay deudas de por medio, las cosas pueden ponerse aún más difíciles. ¿Quién paga el préstamo del coche? ¿Y la hipoteca de la casa? ¿Pueden los acreedores ir tras tu ex exposo/a?
En España, la forma en que se reparten las deudas tras un divorcio depende del régimen económico del matrimonio y de los acuerdos alcanzados.
En este artículo te explicaremos cómo se gestionan las deudas después de un divorcio, qué responsabilidad tienen los excónyuges y cómo protegerte de problemas financieros.
¡Empecemos!
Índice
¿Cómo se reparten las deudas según el régimen matrimonial?
En España, el reparto de deudas tras un divorcio depende del régimen económico del matrimonio, regulado por el Código Civil. Los dos regímenes principales son el de gananciales y el de separación de bienes, y cada uno tiene reglas distintas.
En el régimen de gananciales, los bienes y deudas generados durante el matrimonio para el sostenimiento de la familia (como hipotecas, préstamos para el hogar o gastos de los hijos) son responsabilidad de ambos cónyuges, según el artículo 1362 del Código Civil.
Esto significa que, tras el divorcio, las deudas gananciales se dividen al 50%, incluso si solo uno de los dos las contrajo. Por ejemplo, si firmasteis una hipoteca juntos, ambos seguís obligados a pagarla, salvo que el juez o el acuerdo de divorcio diga lo contrario.
En cambio, en la separación de bienes, cada cónyuge responde solo por las deudas que contrajo a su nombre. Si tu ex esposo/a pidió un préstamo personal sin tu firma, no tendrás que pagarlo, aunque los acreedores podrían intentar reclamar si no está claro que la deuda es privativa.
El convenio regulador, un documento acordado en el divorcio y aprobado por un juez, es clave. Este puede establecer quién paga qué, pero no siempre exime a ambos ante los acreedores. Por ejemplo, si el convenio dice que tu ex cónyuge paga la hipoteca, pero no lo hace, el banco puede reclamarte a ti si la deuda es ganancial.
¿Qué problemas pueden surgir con las deudas tras el divorcio?
Las deudas compartidas son una fuente común de conflictos tras el divorcio, especialmente si uno de los excónyuges no cumple con los pagos acordados. Uno de los errores más frecuentes es asumir que el convenio regulador protege completamente frente a los acreedores.
Los bancos y otros acreedores no están obligados a respetar acuerdos de divorcio, y pueden ir tras ambos cónyuges si la deuda es conjunta. Por ejemplo, si firmasteis un préstamo personal juntos y tu ex deja de pagar, el banco puede embargarte el sueldo o los bienes, incluso si el convenio dice que él es el responsable.
Por ejemplo, según LawTips en 2023 una mujer tuvo que pagar 10.000 euros de una deuda ganancial porque su ex incumplió el convenio, a pesar de que ella no usó el dinero. Esto ocurre porque las deudas solidarias, reguladas por el artículo 1137 del Código Civil, hacen que ambos respondan del total.
Otro problema es la falta de comunicación con los acreedores. Si no informas al banco del divorcio y el cambio en las responsabilidades, seguirán considerando a ambos como deudores. También, las deudas privativas mal documentadas pueden generar disputas legales, especialmente si tu ex intenta hacer pasar una deuda personal como ganancial.
¿Cómo protegerte y gestionar las deudas tras el divorcio?
Para evitar que las deudas del divorcio te compliquen la vida, es fundamental actuar con previsión y buscar soluciones legales. Aquí tienes algunos pasos prácticos para protegerte:
- Negocia el convenio regulador con cuidado: Asegúrate de que el convenio detalle quién paga cada deuda y cómo se dividirán las responsabilidades. Incluye cláusulas que permitan reclamar al otro cónyuge si no cumple.
- Comunica con los acreedores: Informa a los bancos y acreedores sobre el divorcio y el convenio. Aunque no estén obligados a aceptarlo, algunos pueden negociar nuevos términos, como refinanciar la hipoteca a nombre de uno solo.
- Documenta las deudas privativas: Si una deuda es tuya o de tu ex (por ejemplo, un préstamo anterior al matrimonio), reúne pruebas, como contratos o recibos, para demostrar que no es ganancial.
- Considera la liquidación de gananciales: Si estás en régimen de gananciales, liquida los bienes y deudas comunes lo antes posible. Esto puede implicar vender la casa familiar o repartir los ahorros para saldar deudas compartidas.
También, si las deudas son abrumadoras, la Ley de Segunda Oportunidad puede ser una solución. Esta ley permite cancelar o reestructurar deudas, protegiendo tus bienes y los de tu familia. En Reclama Por Mí te podemos guiar en cada paso del proceso para que salgas adelante.
En resumen, las deudas tras un divorcio pueden ser un quebradero de cabeza, pero el régimen matrimonial y el convenio regulador determinan quién paga qué. Con un buen acuerdo, comunicación con los acreedores y nuestra ayuda en Reclama Por Mí, puedes evitar que las deudas arruinen tu economía.
Autor del artículo
Titulación y experiencia
- Responsable de departamento Ley de Segunda Oportunidad
- 3 años de experiencia en la Ley de Segunda Oportunidad
- Técnico superior en finanzas y administración