Está claro que leer sabemos todos, pero, muchas veces, cuando nos llega una factura, la del agua incluida, somos incapaces de entender la mitad de los términos que aparece. Es ahí cuando, directamente, nos vamos a la última línea donde, después de añadir el IVA que, en el caso del agua es del 10%, vemos en negrita la cifra de la cantidad que tenemos que pagar de gasto del agua mensualmente y así, mes tras mes.
Según el XVII Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento 2022 (AEAS-AGA) el consumo de agua de los españoles fue, en ese año, de 131 litros por persona y día, tres litros más respecto a la cifra de 2021. Este estudio refleja también que la factura del agua supuso el 0,9 % del presupuesto familiar.
Si vemos los datos facilitados por el INE, Instituto Nacional de Estadística, que ofrece datos de 2020, las comunidades autónomas con mayor consumo de agua registrada y distribuida a los hogares en ese año fueron Andalucía (18,7% del total), Cataluña (15,1%) y Comunidad de Madrid (13,9%). Por el contrario, los consumos medios más bajos se registraron en País Vasco (97 litros por habitante y día), Islas Balears (117) y Comunidad Foral de Navarra y Extremadura (120 en ambas).
Otro dato interesante del INE es el referente al coste unitario del agua en 2022 porque sí, el agua no tiene el mismo coste en una comunidad autónoma que en otra. En nuestro país, los datos más elevados se dieron en Islas Baleares, Región de Murcia y Cataluña mientras que, en Galicia, La Rioja y Castilla y León cuentan con los costes más bajos.
La responsabilidad final del suministro y saneamiento en una localidad recae en el ayuntamiento, el responsable final de establecer las tarifas del agua. Sin embargo, la gestión puede ser llevada a cabo por una empresa privada, una entidad pública a nivel autonómico, como el conocido Canal de Isabel II o, por el contrario, ser compartida entre varios municipios.
Es por eso por lo que la factura del agua de una localidad puede ser ligeramente diferente respecto a la de otra, pero, sin embargo, hay una serie de elementos comunes que te enumeramos a continuación.
Cómo leer una factura de agua
Tu factura del agua siempre va a incluir tanto los datos del titular y facturación, así como el número de factura y del contrato con la empresa gestora del suministro del agua de tu hogar. Nuestra recomendación es que guardes las facturas del último año y, si necesitas hacer una reclamación, tengas a mano el número de factura para que la puedan localizar fácilmente.
El siguiente dato importante es la lectura del contador que suele ser estimado o exacto, dependiendo del sistema que tengas en casa. Además, suele aparecer también la lectura del mes anterior, un dato interesante si quieres comparar tu consumo entre varios meses.
Si lo tuyo son los análisis, el siguiente término te va a gustar: el histórico de consumo. Generalmente reflejado en gráficos, te permite ver, de una manera visual, el uso de agua que se ha hecho en tu hogar.
Ahora es cuando entramos en las diversas “cuotas” que suelen aparecer en las facturas del agua. La cuota de servicio hace referencia a la cantidad que, sí o sí, vas a tener que pagar desde el momento en el que contratas el alta del agua de tu domicilio. La siguiente es la cuota de consumo que varía de mes a mes y que se calcula multiplicando el metro cúbico de agua por la cantidad que has consumido en un mes.
Estos son los conceptos generales de una factura de agua, pero, como te comentábamos, depende de la ciudad en la que residas tendrás más o menos cuotas. Por ejemplo, en el caso de Barcelona, los usuarios, además de todos los mencionados tienen que abonar un canon de agua, una tasa de alcantarillado y una tasa metropolitana de residuos, algo que en otros municipios se agrupa bajo el término de cuota variable o suplementaria.
Esperamos que este artículo te haya servido para poder descifrar tu próxima factura y te animamos a que colabores con el medio ambiente y optes por gestos como apagar el grifo mientras lavas los dientes, llenes la lavadora la próxima que la pongas y te des una ducha en vez de bañarte.