En un mundo cada vez más digitalizado, el fin del efectivo como principal medio de pago es una realidad que se vislumbra en el horizonte.
Vamos, que no es el futuro. Es algo que ya vemos en el presente.
Y es que a medida que la tecnología avanza y las preferencias de los consumidores evolucionan, diferentes métodos de pago electrónicos están ganando terreno.
Vamos a repasar este panorama cambiante de los métodos de pago y los innovadores sistemas que están emergiendo. Así, te aseguras de no llevarte un susto si decides utilizarlos. En caso de que sea así, recuerda que somos abogados expertos en reclamaciones.
La revolución digital y el fin del efectivo
El surgimiento de las transacciones digitales ha sido una tendencia marcada en la última década. Sin embargo, desde la pandemia es el momento en que hemos visto crecer la tendencia de forma vertiginosa.
La conveniencia de realizar pagos sin necesidad de llevar efectivo ha llevado a un aumento significativo en el uso de tarjetas de débito y crédito, así como de servicios de pago en línea.
Este cambio se ha acelerado aún más en 2023. No es la pandemia, sino que nuestra nueva forma de vida como sociedad nos empuja a decir adiós al efectivo. Pero, ¿qué métodos se usan?
Tarjetas sin contacto: la forma rápida y segura de pagar
Las tarjetas sin contacto o contactless han experimentado un aumento notable en popularidad.
Estas tarjetas permiten a los usuarios realizar transacciones simplemente acercando la tarjeta al terminal de pago, sin necesidad de introducir un código PIN. Una maravilla.
La velocidad y la seguridad han convertido a las tarjetas sin contacto en una opción atractiva para quienes buscan una forma eficiente de realizar pagos en su día a día.
Billeteras digitales y pagos con el móvil
Las billeteras digitales, como Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay, están ganando terreno rápidamente. Estos servicios permiten a los usuarios almacenar información de tarjetas de crédito de forma segura en sus dispositivos móviles y realizar pagos con sólo acercar el terminal.
Además, ofrecen funciones adicionales, como la gestión de tarjetas de puntos y cupones, dando una experiencia de pago integral.
Criptomonedas: un pago creciente pero muy reducido
Las criptomonedas, encabezadas por Bitcoin y Ethereum, están desafiando el sistema financiero tradicional al ofrecer una forma descentralizada y segura de realizar transacciones.
Segura, toda vez que consideremos seguro un mercado no regulado.
Aunque todavía no son ampliamente aceptadas, el interés y la adopción va en aumento. Si se produce el final del efectivo, es probable que las criptodivisas se posicionen mejor.
Pagos con Wearables: entre moda y tecnología
Los pagos con wearables, como relojes inteligentes y pulseras, están en auge.
Estos dispositivos son parte del proceso del fin del efectivo, porque permiten a los usuarios realizar pagos de manera rápida y sencilla, simplemente acercando su wearable al terminal.
La comodidad de no depender de un teléfono o una tarjeta física está convirtiendo a estos gadgets en una opción de pago usada. Además, cada año que pasa, el número de dispositivos de este tipo crece.
Pagos por reconocimiento facial: la última frontera con la identificación biométrica
El reconocimiento facial se está integrando en sistemas de pago, ofreciendo una forma única y segura de autorizar transacciones.
Algunas empresas están utilizando esta tecnología para verificar la identidad del usuario al realizar pagos, eliminando la necesidad de tarjetas o dispositivos adicionales. Sin embargo, esto también entraña desafíos e importantes riesgos, lo que implica que su adopción sea lenta. No en vano, es fácil pensar en un mal uso de dichos datos.
El fin del efectivo es cuestión de tiempo
A medida que nos acercamos al fin del efectivo, la diversidad de métodos de pago electrónicos ofrece a los consumidores opciones que se adaptan a sus preferencias y estilos de vida.
Dado que hay empresas que ganan, y mucho, con este cambio, está por ver cuándo el dinero tal y como lo conocemos, cambia. La clave radica en la adaptabilidad, ya que la tecnología continuará influyendo en la forma en que realizamos transacciones financieras.